Pequeña auto-biografía en imágenes de un mítico periodista
Muestra de fotografías de Andrew Graham Yooll
Muestra de fotografías de Andrew Graham Yooll
Cu ando se mira a una fotografía noticiosa, o periodística, es muy común ignorar el “crédito” al fotógrafo (esas letras chiquitas puestas por lo general en el borde exterior derecho del cuadro), y mucho más corriente no registrar la presencia del periodista que hace la entrevista. Este ejercicio de indiferencia es común al lector de periódicos. Así como la televisión lleva al estrellato a entrevistadores y conductores de programas, en el papel impreso estas mismas figuras (los que hacen y escriben la entrevista) no existen. Lo que sucede es que el periodista, o el fotógrafo, no interesan. Los personajes políticos, o de la farándula, o escritores de renombre, son motivo de estudio, comparaciones físicas, comentarios sobre su obra creativa, etc. Pero el periodista y/o el fotógrafo no dejan registro.
Estas fotografías son parte de una colección personal. Las fotos son la evidencia que he tenido el honor de conocer a relevantes figuras del arte y la política del siglo veinte a lo largo de más de cuarenta años en el oficio. Nótese la palabra “evidencia”. Alguna vez estuvimos cerca de personas mucho más importantes que nosotros. Colegas, fotógrafos y cronistas, acostumbran pedir fotos “de recuerdo”. Pero también sucedió en los años setenta que en varias oportunidades jefes de la guerrilla, algunos notorios conspiradores, o personajes controvertidos, negaron la existencia de una entrevista cuando no les gustó la nota publicada, la forma en que se citaba sus pronunciamientos, o no lograban la repercusión o la publicidad deseada. La negativa dejaba bastante mal parados a los periodistas ante sus jefes y su público. Siempre quedaría la duda, ¿existió la entrevista? ¿Quién decía la verdad? En tiempos severos de la política el papelón y la sospecha eran recurrentes, en todas partes, no sólo en la Argentina.
Con el paso de los años, y ya en situaciones nada riesgosas y algunas bastante divertidas, también fue importante tener la prueba de la presencia. Simplemente, los periodistas estamos convencidos de ser irrelevantes: la crónica se hará historia y la historia la hace la gente relevante. El periodista, ¿estuvo? ¿Usted lo vio? Y si estuvo, ¿qué importa? Para convencerme que sí estuve en muchos lugares, tengo mis fotos de recuerdo. Esta muestra constituye una pequeña selección.
Andrew Graham-Yooll